Te pasas todo el día repasando tu lista de pendientes, pero cuando llegan las 5, todavía sientes que no has logrado nada productivo. Aunque parezca mentira, es posible estar simultáneamente súper ocupado e improductivo. Si terminas hecho polvo y no llegas a ninguna parte, es hora de bajar de la proverbial rueda de hámster y hacer un cambio.
Ya sea que estés luchando con la productividad mientras te ajustas a un nuevo horario o simplemente tienes demasiadas cosas la cabeza, aquí tienes ocho consejos para hacer las cosas y mantenerte cuerdo mientras las haces.
La forma en que pasas tu primera hora después de despertarte establece el tono para el resto del día. Enciende un día más productivo creando una rutina matutina y apegándote a ella. Tu rutina podría ser tan simple como tomarse 15-30 minutos para meditar, pasear al perro o jugar con los niños.
¿No eres una persona a la que le vayan bien las mañanas? ¡Aumenta tu energía con buenos hábitos y pasarás de sentirte aturdido a sentirte como triunfador al instante!
Claro, hay 24 horas en un día, pero cuando tratas de hacer todo a la vez, el día puede parecer mucho más corto. Establece objetivos más pequeños y realistas para ser productivo y recuerda añadir a tu horario también un poco de espacio para respirar. Después de todo, ¡no eres un robot!
Si sientes que empieza a cundir el pánico, pregúntate: “¿Qué es lo peor que puede pasar si no hago esto hoy?” Lo más probable es que la mayoría de las cosas de tu lista puedan esperar un día o dos. Concéntrate en lo que puedes hacer hoy, no en lo que no puedes.
¿Crees que hacer varias cosas a la vez es la mejor manera de hacer las cosas? Piénsalo nuevamente. En la mayoría de los casos, hacer múltiples cosas a la vez te hace menos productivo. Serás más eficiente y cometerás menos errores cuando te concentres en una tarea hasta que esté terminada.
Prueba este sencillo truco para mantenerte motivado y concentrado. Cuando tu concentración necesite un impulso, diluye una gota de Menta con cuatro gotas de aceite portador V-6 y frótalo en las sienes para obtener un aroma estimulante.
Todo el mundo sabe que el ejercicio mejora la salud, pero ¿sabías que estar activo también puede aumentar tu productividad? No importa si sólo tienes 10 minutos de sobra, incluso un breve entrenamiento te ayudará a mantenerte productivo a lo largo del día. Aquí hay algunas formas de hacer ejercicio cuando ir al gimnasio no es una opción:
La regla 80/20 establece que el 80 por ciento de tus resultados provienen del 20 por ciento de tus esfuerzos. Otra forma de verlo es que puedes lograr el 80 por ciento de tu carga de trabajo en el 20 por ciento de tu tiempo.
Comienza por averiguar cuándo es tu pico de productividad. Este es el momento del día en el que tienes más energía y concentración. Si puedes, programa la mayoría de tus tareas durante este período. Recuerda: trabajar de manera más inteligente, y no de más, es la clave para ser una persona más productiva.
A veces, desactivar el modo de productividad es lo mejor que puedes hacer. ¿Alguna vez has tenido una gran idea o has resuelto un problema en la ducha? Es porque tu cerebro puede relajarse lo suficiente para tener un avance.
Programa las pausas en tu día y trátalas como si fueran citas importantes (¡porque lo son!). Una hora de lectura de un libro o 10 minutos sin estar frente a la pantalla pueden hacer maravillas para tu motivación y resistencia mental.
Acá entre nos, ¿quién no ha pasado toda una tarde en las redes sociales o nos hemos sentido culpables por checar nuestro correo 50 veces al día? Incluso la vista de una pantalla luminosa o el timbre de un mensaje entrante tiene un grave efecto en tu productividad.
Las personas exitosas aprenden a acallar las distracciones. Por ejemplo, intenta poner música de concentración o un buen podcast mientras trabajas, limpias o estudias. Practicar la concientización o mindfulness también es una buena manera de cambiar tu atención en la tarea que tienes en las manos.
A veces no tacharás todos tus pendientes de tu lista de cosas por hacer, y eso está bien. La vida pasa, ¡relájate! Si te sientes agotado, tómate la tarde libre para recargarte de energía, ten una buena noche de sueño y aprovecha el día de mañana.
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