Vamos a explorar los increíbles beneficios de la vitamina A, muchos más de lo que parece a primera vista.

Aunque se la conoce por apoyar el mantenimiento de la visión normal, la vitamina A también ayuda a nuestro sistema inmunitario apoyando su funcionamiento normal. Además, juega un papel crucial en el mantenimiento de la piel y las membranas mucosas oculares. Esta vitamina liposoluble es como la animadora del sistema inmunitario.

Puedes encontrarla en deliciosos alimentos como la col rizada, la calabaza y las jugosas nectarinas, así como en fantásticos complementos alimenticios. Demos la bienvenida a la vitamina A a nuestra dieta y descubramos su poder.

La familia de las vitaminas B contiene ocho nutrientes esenciales:
• Tiamina (B1)
• Riboflavina (B2)
• Niacina (B3)
• Ácido pantoténico (B5)
• Piridoxina (B6)
• Biotina (B7)
• Ácido Folico (B9)
• Cobalamina (B12)

Cada una ofrece contribuciones únicas para nuestro bienestar:
• La vitamina B2 contribuye a la reducción del cansancio, la protección de las células frente al estrés oxidativo y el mantenimiento de una visión y piel normales.
• Las vitaminas B12 y B6 apoyan la función normal del sistema inmune, el metabolismo, el sistema nervioso y a la formación de células rojas.
• Las vitaminas B1, B2 y B3 promueven el funcionamiento normal del sistema nervioso. La niacina también contribuye al mantenimiento de la piel.
• Las vitaminas B6 y B12 tienen un papel en la función normal del sistema inmune, del metabolismo, el sistema nervioso y a la formación de células rojas.
• La vitamina B7 trabaja con las enzimas para ayudar a descomponer grasas, proteínas y carbohidratos, transformándolos en energía. También ayuda a mantener la salud de nuestro pelo y nuestra piel.

Las vitaminas B son un verdadero equipo de héroes que nos ayudan a tener energía y resiliencia. Desde el apoyo al sistema inmune hasta la contribución para tener una piel y un metabolismo sanos, estas vitaminas juegan un papel clave en el viaje hacia el bienestar corporal completo.

La vitamina C es un nutriente con muchos talentos y una gran variedad de beneficios. En primer lugar, la vitamina C es un excelente apoyo para nuestro sistema inmunológico ya que ayuda a mantenerlo en óptimas condiciones y funcionando normalmente. Pero eso no es todo. También es importante para la formación normal de colágeno, lo que lo convierte en un gran activo para tener unos tejidos corporales sanos y una piel radiante.

Y el trabajo de la vitamina C no acaba ahí. También aumenta la absorción de hierro para que aprovechemos al máximo este mineral vital. Además, ayuda a defendernos del estrés oxidativo.

Hay una maravillosa variedad de fuentes de las que se puede conseguir la dosis diaria de esta fantástica vitamina como naranjas, limones, pimientos rojos, repollo, col o perejil.
Así que brindemos por la vitamina C, un fuerte apoyo para la salud inmunológica y la piel sana. Aprovecha su poder nutritivo y deja que haga su trabajo en el viaje hacia una vida más sana y feliz.

Hablemos de la vitamina del sol, la vitamina D. En verano nuestros cuerpos se bañan en luz solar aumentando la producción natural de vitamina D, lo que a su vez nos ayuda a absorber calcio, apoyar nuestro sistema inmunológico y es un elemento importante en el mantenimiento de la función normal de nuestros huesos, células, dientes y músculos.

Sin embargo, cuando se aproxima el invierno la exposición al sol se reduce y con ello nuestra síntesis de vitamina D. Como puede ser difícil conseguir suficiente solo a través de la luz solar, es recomendable tomar los complementos alimenticios adecuados para suplementar los niveles de vitamina D durante los meses de otoño e invierno y poder disfrutar de la vida al máximo.

El magnesio es un nutriente esencial para promover la salud de músculos, nervios y huesos. Es un verdadero multitarea que tiene un papel vital en numerosos procesos dentro del cuerpo. Es el héroe en las sombras que apoya el funcionamiento de músculos y nervios y reduce el cansancio y la fatiga. Sin olvidar que el magnesio es clave en la síntesis de proteínas, la formación de hueso e incluso la división celular,… no se puede ser más versátil.

Los niveles bajos de magnesio, con el tiempo, pueden tener un efecto dominó que resulte en niveles bajos de calcio y potasio. Cuando no tenemos suficiente magnesio, el cuerpo nos lo hace saber con algunas señales como dolores de cabeza, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fatiga y debilidad.

Pero no hay que preocuparse, puedes conseguir tu dosis de magnesio de varias fuentes. Estas pueden ser alimentos ricos en magnesio como verduras de hoja, legumbres, frutos secos, semillas y granos enteros o un complemento alimenticio. El magnesio se merece un gran aplauso por todo su trabajo.

El calcio es un nutriente que todos los seres vivos, incluidos los humanos, necesitan. Es el mineral más abundante en el cuerpo y juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud de los huesos.

¿Sabías que un 99 % del calcio del cuerpo humano se encuentra en los huesos y los dientes? Es una base sólida que sostiene nuestra estructura física, permitiéndonos movernos, caminar y mantenernos activos con facilidad.

Más allá de sus beneficios para el fortalecimiento de los huesos, el calcio también actúa como un hábil conductor para nuestros músculos, ayudando a regular la función muscular normal.

No podemos olvidarnos de su rol como cofactor de diversas enzimas de nuestro organismo. Estas enzimas dependen del calcio para realizar sus tareas de manera eficiente. El calcio promueve la función normal de las enzimas digestivas y apoyan los procesos metabólicos.

Incorporar alimentos y complementos alimenticios ricos en calcio en nuestras rutinas diarias puede ser una inversión inteligente en nuestra salud a largo plazo. Así que demos un gran reconocimiento al calcio por ser el compañero de confianza de nuestros huesos, el maestro de los músculos y el animador de las enzimas, apoyándonos para vivir fuertes y saludables todos los días.

Presentamos a los ácidos grasos omega-3, un grupo de grasas con una gran variedad de beneficios.

Conoce a nuestro dúo dinámico: DHA (ácido docosahexaenoico) y EPA (ácido eicosapentaenoico), ácidos omega-3 que se encuentran principalmente en pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas. Tienen un gran impacto y diversos beneficios para nuestra salud.

Pero no te preocupes si no eres fan del pescado. Hay otras fuentes fantásticas como las semillas de lino, las nueces pacanas, las avellanas y las nueces que son ricas en una forma diferente de omega-3 llamada ALA (ácido alfa-linolénico). Nuestros cuerpos hacen su magia y transforman el ALA en DHA y EPA, para que no te pierdas ninguno de sus beneficios.

Aquí tienes un dato curioso: nuestros cuerpos no pueden producir todos los ácidos grasos omega-3 que necesitan por sí solos, así que es considerado un nutriente esencial, justo como esas vitaminas que todos conocemos.

Prepárate para los impresionantes papeles que desempeñan los omega-3 en la sinfonía de nuestro cuerpo, apoyando la función normal de la visión, el cerebro y el corazón. Aprovechemos los beneficios de los ácidos grasos omega-3, unos nutrientes versátiles que nos ayudan a sentirnos lo mejor posible.

El zinc es un micronutriente clave con múltiples papeles en nuestros cuerpos. Es como un miembro del equipo detrás del escenario, trabajando diligentemente detrás de escena para apoyar nuestro crecimiento, desarrollo y funciones cognitivas. Pero es una superestrella cuando se trata de apoyar nuestro sistema inmunitario. El zinc es el director que orquesta el proceso de división celular y protege nuestras células del estrés oxidativo.

Es un auténtico jugador estrella de la salud, ya que ayuda a combatir infecciones, curar heridas y favorecer el crecimiento. Está en cada célula, respalda la inmunidad y la liberación de hormonas, e incluso ayuda a crear ADN y proteínas. El zinc nos hace prosperar, célula a célula.

Pero aún hay más. El zinc es como un mago de la multitarea que contribuye al funcionamiento normal de varios aspectos de nuestro bienestar:
• Síntesis de ADN
• Metabolismo de los carbohidratos
• Función cognitiva normal
• Fertilidad y reproducción
• Salud ósea
• Visión
• Cabello, piel y uñas sanos

El zinc es un versátil experto que cuida de nuestra salud desde dentro hacia afuera, ayudándonos a sentirnos listos para conquistar el mundo.

El hidroxitirosol, que se encuentra en el aceite de oliva virgen extra, tiene un alto valor CARO (capacidad de absorción de radicales de oxígeno). Los polifenoles como el hidroxitirosol se unen para trabajar por tu bienestar, encajando perfectamente dentro de las maravillas de origen vegetal y las grasas nutritivas de la dieta mediterránea. Esta extraordinaria combinación de bondades de la naturaleza también apoya la protección de los lípidos de la sangre, una defensa que brilla con la ingesta diaria de tan solo 20 g de aceite de oliva (con al menos 5 mg de hidroxitirosol y sus derivados). Aprovecha las propiedades de este elemento para disfrutar de una vida vibrante y con la nutrición adecuada.